viernes, 3 de septiembre de 2010

Los caminos del maíz

José Lanzagorta Croche

Don Porfirio, ya entrado en años y bien afianzado en el poder, cuando había perdido esa sensibilidad y cautela que lo acompañó durante tantos años, para manifestar su escaso aprecio por los periodistas, cuando empezaban a hablar mal de él o de su gobierno, no pensaba que hacerlo fuera un acto de valor, ni se interesaba por ver el punto de vista del reportero, sólo alcanzaba a suponer que lo hacían para llamar la atención del sempiterno y vetusto presidente y que si les llenaba el buche, seguramente se callarían, sobre todo porque el mensaje era que si las dádivas no pesaban lo suficiente como para poderlos callar, lo haría con plomo. “Este gallo quiere maiz, decía en tono despreciativo.” Poco valía a los ojos del viejo dictador esta gente ya que hasta en la grosera comparación que hacía de ellos, les confería el valor de aves de corral.

Casi un siglo después y acorde con el espíritu conservador y autócrata, insensible también, aparece un hombre a quien le dicen “don Juan”, y la verdad no sé si lo sea, es demasiado cauto para dejar que algo de estas dimensiones se manifieste, pero se atavía para sus ceremonias importantes con un vestido máxi de color púrpura y zapatillas finas, de manera tal que más pareciera otra cosa, digamos, como si fuera el propio objeto de sus diatribas, sin que tome conciencia de ello, por supuesto, y como reza ese antiguo y muy castizo refrán, “Lo que no quieres ver, en tu cara lo has de tener… pero no nos dejemos engañar, la historia de muchos curas es disfrazarse de mujeres para que los niños no les teman –lobo (mal) vestido con piel de oveja – y los comprendo, pero no justifico, ya que la biología, les exige que rindan tributo a su natural sexualidad, en tanto que la curia se los objeta. Ocasionando que, o tengan mujeres e hijos por fuera, pecando para sus creencias y así empezando a entender en carne propia esa doble moralidad que, andando el tiempo, llegan a manejar y predicar con tanto dominio, o que, mucho peor, río caudaloso contenido en presa frágil, adopten mañas detestables como la pederastia, y no porque en otras personas no se dé, pero siempre va a ser más fácil encontrar desviaciones en las personas cuyas creencias o conveniencias les obliguen a llevar o fingir llevar una conducta asexuada, por cierto que esta práctica contra natura, de la castidad, se hizo obligatoria hace mil años, porque antes los sacerdotes no tenían esas prohibiciones y debo suponer que era más fácil encontrar ministros equilibrados, la mejor prueba de lo contrario es usted. Los griegos, esa civilización que tanto admiramos y cuyo concepto de vida, esto es la democracia y la cultura, imitamos, eran pederastas, basta leer sus obras de teatro para comprenderlo, los tiempos cambian, pienso que es correcto que un adulto opte por el tipo de sexualidad que desee, y así que pueda ejercerla junto con otro adulto y que tengan el respaldo y amparo de las leyes y no congenio con quien opte por la pederastia, porque el menor de edad no tiene la madurez para decidir su vida, sin embargo es larga la lista en que miembros del clero han sido condenados por actos pederastas, tal vez, ustedes que son institución añeja, conserven reminiscencias griegas, si así fuese, déjeme recordarle que la homosexualidad en la Hélade era tolerada.

Cuando imagino oírle decir maicear, créame que entiendo que usted habla con cerdos (acá sí encuentra su nivel), hay que hacer sonar el maiz pa alegrarlos, hay que cebarlos, ¡ha qué tiempos! ¿Serán re-membranzas de su pasado arrieríl?, como Porfirio, no puede ocultar ni con varias capas de oro su humilde extracción, como Jesús también, sólo que a ustedes les avergüenza, no han comprendido que al poner un poquito de plata en los cristales, dejaron de ver a los demás para verse sólo ustedes.

Los ciudadanos estamos enterados de los lujos exorbitantes en que vive, tan lejos de la sencillez cristiana que pregona, he escuchado alguna vez sus sermones, son nefastos, me sobrecogieron más que algunas páginas del oscurantismo y no crea que por su calidad literaria, sino por el lugar en donde está y el inmenso daño que puede hacer una mente que no está enterada, en su práctica profesional, de que los tribunales inquisitoriales dejaron de funcionar desde principios del siglo antepasado.

¿Qué piensa usted cuando en su avión particular surca los cielos tan llenos de nubes ¿Será tan candoroso como para suponer que así se acerca más a su Señor? Puede creer en esto alguien que actúa en la práctica de forma diametralmente opuesta a su líder espiritual… si se lo aceptara, haría confesión de incauto. Usted comprenderá que no todos son tan simples para creerle a alguien que predica sin autoridad moral, tan pagado de sí, Tal vez, lo único que abonaría en su favor es lo provecto de su edad y que esto explicara algunos aspectos de su conducta.

Dígame que pasó por su mente cuando sin prueba alguna de cohecho dijo que Ebrard había maiceado a los ministros de la suprema corte, no sé por qué pienso en los sonetos del ajedrez de Borges que habla de un tablero en donde se odian dos colores… oblicuo alfil (bishop, obispo), dice el escritor, patentizando que desde las épocas de Khayyam se conocía la manera sesgada de agredir, a fin de cuentas un alfil es una pieza sacrificable en el juego, si con esto se le cortan las posibilidades al contrincante… Dios mueve al jugador y este la pieza. Qué Dios detrás de Dios la trama empieza.

Supongo que no pensará en ofender a Stephen Hawkins, que dijo que Dios no creó el universo, no le voy a preguntar a quien maiceó Hawkins, porque aunque esta negativa es peor, pues desafía y pone en duda a su Dios, acá no hay ganancia política en la ofensa, y así, qué caso tiene indignarse. Es claro que al atacar a Ebrard, casi cualquier cosa que hiciera Marcelo era en su detrimento, pues como sacerdote tiene una feligresía que se sentiría enojada con cualquier reacción de Ebrard en su contra, por eso dije que casi cualquier acto de Marcelo sería en su detrimento, aunque bien pudo picarle la cresta a los ministros de la suprema corte (perdone lo vulgar de mi comentario, pero es que quiero asegurarme de que me entienda bien) y decirles: a mí me dice corruptor, pero a ustedes les dice corruptos y así, empleando las leyes del Jiu Jitsu, calentar a los jueces en su contra, para luego salir en su defensa, alegando algún argumento de carácter irrebatible, como lo decrépito de sus comentarios, y el hecho de atenuar el justo castigo por ser un ministro de culto (que no un culto ministro) e invocar tolerancia. Pero para que esto sucediese, Marcelo tendría que ser oblicuo, como los definiera a ustedes Khayyam.

Y pienso que si tener una sexualidad cualquiera no es un delito, seguramente el narcotráfico sí, y de esto lo acusó un secretario de Gobernación en su momento, y tal vez esto ayudara a explicar algo de su inmensa fortuna fincada no en los bienes espirituales, sino en los de éste mundo, Cardenal, sigo pensando en cuánta razón tenía Quevedo cuando dijo “Cura que en la vecindad vive con desenvoltura, para qué le llaman cura, si es la misma enfermedad”.

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